domingo, 18 de octubre de 2015

2ºBach: Heráclito y Parménides

Heráclito y Parménides representan, en los albores de la filosofía, un salto especulativo respecto a los filósofos de la physis. Su pregunta apunta directamente a la metafísica, la cuestión por excelencia: "¿qué es el ser?".
Porque hay ser, de eso no cabe la menor duda, pues la "nada", y con ella la "existencia", no ha entrado aún en el campo de las consideraciones filosóficas y no lo hará hasta la llegada del dios único, todopoderoso y creador absoluto, propio de los monoteísmos.
Heráclito y Parménides, o quizá más bien lo que la tradición ha hecho de ellos -lo que podríamos llamar "los efectos" de sus elucubraciones-, significan la separación entre Oriente y Occidente. La carrera intelectualista que se inicia aquí y que encuentra su punto culminante en Descartes, implantará la equivalencia entre el "ser" y el "pensar". El mundo en su totalidad, la realidad, "lo que es", empieza a presentarse como algo aprehensible por el logos, por la razón humana, la cual se fundamenta en el "principio de no contradicción" (o de identidad).
Frente al "devenir" de Heráclito, ganará la batalla el Ser de Parménides, padre intelectual de Platón que, bajo la influencia de Sócrates, sienta las bases de veinticinco siglos de filosofía, ni más ni menos.





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