No obstante, el que un niño no pueda disfrutar, de hecho, de una casa, de unos juegos, o de una educación digna, no invalida a los mismos como valores. Y es que los valores no son como las croquetas, cuestión de gusto subjetivo. Puede ser que yo prefiera las de bacalao a las de jamón, pero no voy a luchar porque mí amiga, que prefiere estas últimas, cambie de opinión. La dejaré que disfrute feliz de sus croquetas de jamón, esas tan ricas que le hace su abuela. En cambio, si la Libertad es un valor, la consideraré un "bien sí", es decir, buena siempre, y la querré para mí y para todos, lo cual significa que, si mi amiga tiene miedo a ejercer su libertad, porque su abuela se lo impide, por ejemplo, lucharé por convencerla de que merece la pena buscar la Libertad.
Lo mismo podemos decir de otros valores como el Amor, la Justicia, la Paz, la Verdad, la Amistad, la Risa.......
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